jueves, 5 de marzo de 2009

ME QUEDA LA VICTORIA


ME QUEDA LA VICTORIA. y la derrota.


Pongo estas flores de plástico ante la losa de tu nicho.
Negué tu último deseo: ¡Que me devoren las llamas!
No: que te coman los gusanos.
Que te hinches y te llenes de larvas.
Que mordisco a mordisco desaparezcas lento.
Que, si esto es posible, aun después de muerta sufras.

Y yo que lo vea, pues por haberte sobrevivido me quedo la victoria.

Quedan en mi piel todos tus arañazos.
Difícilmente ocultos tras una venda
de reconciliación.
Y aquellas heridas cerraron en falso.
Y la pus creció por dentro: envenenándome.

Hoy son estas las últimas flores de siete años largos.
Vencí por enterrarte, perdí por seguir vivo.

Tu sonrisa es la peor de las ausencias,
y son estos los zarpazos que hoy me matan.

Me falta el aire,
aunque sea de tus gritos.
Me sobra el tiempo,
que sin ti es un tormento.

¿Cómo vivir esposado a los remordimientos?
Las olas del recuerdo van y vienen
revuelven esta arena de la memoria.
Me ahoga la resaca de la culpa.

Más,
cuanto más creí haber logrado la victoria.

Vencí por enterrarte, perdí por seguir vivo.
Mía es la victoria, y la derrota.

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