martes, 3 de marzo de 2009

OTRA HISTORIA DE MÉDICOS

HOSPITAL

Miro con tristeza a mis pacientes
¿con tristeza?
Estudio sus analíticas
y analizo mis estudios.
Preparo las rehabilitaciones
¿En verdad algo RE-habilito?
Ensayo las pruebas y pruebo los ensayos.

Camino, me arrastro,
por anchos pasillos
que huelen a enfermedad y antibióticos:
otra enfermedad.

Enfermos, enfermos por todas partes.
Enfermos ellos y enfermo yo.

Células que se multiplican sin control
huesos que se quiebran
pulmones que ennegrecen:
¡que se jodan y no fumen!
Corazones que estallan
venas que se cierran
cerebros que se pierden.
De la vida, del tiempo.

Se pone el sol al otro lado de la ventana
las nubes, grises como cenizas,
pesadas como plomos,
Roban toda su luz.

Aquí dentro:
las pieles amarillentas y las miradas vacías
roban toda mi vida.

Enfermos, enfermos, ¡hasta yo me pongo enfermo!
¿¡Por qué no te mueres, enfermo!?

Anhelo que venga el coche oscuro
ése que no tiene día ni hora,
que sólo es para dos plazas:
una tumbado.

Deseo que venga porque entonces,
sé que te vas.

Y lo mejor:
ya no vuelves.

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