lunes, 22 de septiembre de 2014

PÉTALOS DEL PENSAMIENTO, parte 158



Fausto, que en realidad deseaba salir de allí, obedece sin rechistar, pero Besoj asoma por la puerta de la cantina en ese momento. Se dirige a su posición.


-¿Qué hacemos? –pregunta Charlotte nerviosa.

-¡Tírate bajo esa mesa!


Y abrazados como cachorros en su caseta espían con desconfianza los movimientos del marinero. Éste, abre bruscamente la puerta de Prohibido El Paso A y camina hacia la enfermería.


-¿Qué hace abierta esta puerta? ¡Bah! ¡Habrá sido el borracho del capitán. O el estúpido holandés que le sigue como un perro.


Sin encender la luz el marinero cierra la puerta tras de sí y se tumba sobre el colchón vacío. Momentos después, cuando un primer ronquido parece huir de la habitación, Charlotte y Fausto abandonan el puente.


-¿Y ahora? –pregunta ella antes de alcanzar el albergue.

-¿Ahora? Seguimos con el plan previsto. ¡No te habrás olvidado del revólver!

-No, no. Lo tengo bien guardado bajo la blusa.

-Camisa. Los hombres usamos camisas, no blusas. Es mejor que te vayas acostumbrando.

-D`accord! D`accord. Continúa.


Con extremo sigilo cruzan el pasillo hasta alcanzar la puerta. Al abrirla un cubo de agua en forma de lluvia entra por ella.



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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