lunes, 8 de septiembre de 2014

PÉTALOS DEL PENSAMIENTO, parte 193



Con docenas de testigos fácilmente sobornables que gustosamente declararían contra él con la rapidez de un mordisco, como venganza por una bebida caliente o una pizca de sal mal calculada, la única vía de escape para el malayo ante una segura pena de muerte fue la huida: puerta trasera almacén calle. No sin antes liberar a todos los perros no para beneficio de los animales sino para bloquear la persecución. Un éxito de estrategia y de audiencia: publicaron su careto en horroroso negro todos los periódicos; había llegado el momento de darse el piro. No le fue difícil encontrar un armador sin escrúpulos necesitado de un cabotaje rápido. Lo contrató inmediatamente.

Tres años y siete buques más tarde subía el volumen de Frank Sinatra para apaciguar italianos. Aunque más le dolía que tuvieran razón: el café era una mierda y un insulto a su buen hacer, pero la guerra quitó de en medio muchos intermediarios, literalmente, y restablecer los canales de distribución tomaba su tiempo. Había que tejer una nueva red de corrupción y contactos; nuevos mafiosos distintas jetas mismos métodos.


-Mi concede questo ballo signorina?


El menos estridente de los italianos sucumbe a los encantos de La Voz, y con su mejor sonrisa de hombre inocente hasta que se demuestre lo contrario invita a la dama del vestido morado. Al fin y al cabo, el capitán había hecho de la cantina un salón de baile, así que por qué no él.

Ella, con más sorpresa y vergüenza que entusiasmo, responde << Да>>. Que en el territorio atravesado como un sable lo mismo por el transiberiano que por abusos de zares venganzas de bolcheviques o represiones en gulags, significa, sencillamente: <>.




© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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