martes, 23 de septiembre de 2014

PÉTALOS DEL PENSAMIENTO, parte 161



Al otro lado de las paredes, lo que se ve son bodegas. Alimentadas o vaciadas desde las escotillas de cubierta. Bodegas de grano, mineral, combustibles. Distintas cargas distintos compartimentos. Fausto golpea las paredes con la punta de su Bodysaver. El eco amplifica la patada, que retumba va y viene por el largo pasillo varias veces antes de desaparecer.


-¡Qué haces! ¡Nos van a oír!

-Perdón. Yo también me he asustado. No creí que estuviera vacía.


Caminan otros veinte metros y Fausto sacude las paredes de ambos lados, ahora más despacio. Resuena con menos fuerza el puntapié, están vacías igualmente.


-No lo entiendo… -titubea Charlotte.

-Yo tampoco. ¿Un carguero cruzando el océano sin carga?

-Bueno, en cubierta sí hay transporte.

-Lo que está a la vista… Comienzo a creer que es para disimular. Que hay un engaño en todo esto. Y luego queda la pregunta del dinero. Y las armas. ¿Quién deja un arma, se la roban y vuelve a poner otra en el mismo sitio?

-No sé. Quizás está confundido, piensa que la ha perdido…

-Muy raro. Hay que bajar al sótano dos. Creo que esto es todo igual hasta el fondo del pasillo.


Desandan el camino en dirección a la escalera principal. Al cruzar la puerta del almacén Charlotte entra y sale rápidamente, guardando un objeto entre sus ropas.



© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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