sábado, 7 de junio de 2014

PÉTALOS DE PENSAMIENTO, parte 145 (novela media)



-¡Por detrás, mi bell sprit, la puerta trasera es más amplia!


Ayuda el capitán con su fina galantería y protegiendo sus intereses económicos: ella debe ganar esa disputa. Corre su ayudante el holandés errante y abre la puerta para que no se estrelle. La española gruesa comprende las indicaciones, igual que un buey entiende la salida de los toriles por el único espacio posible, y como tal sale disparada enfurecida. Pero ya que no había visitado la zona de carga desde que zarparon, olvida los tres escalones. Con el primero pierde el pie con el segundo el equilibrio con el tercero la poca dignidad que le queda: rueda por cubierta como uno de los toneles la primera noche de tormenta. Mostrando al público lo peor de su anatomía: gruesos muslos enrojecidos por la excitación y el roce continuo al caminar. Feas enaguas vulgares fajos y esperpénticos refajos. Cuando acaba de rodar, con éstos tapándole el rostro y dejando su barriga al aire, la humillación es tan grande que se levanta con una insospechada agilidad. Más parece un impala dando saltos.

Con el pelo desmarañado la ropa enredada los brazos en postura de luchador y el cuerpo en ataque sumo, busca desorientada a su contrincante. Sus partidarios apostantes señalan situación, lo mismo que apostantes de morena muestran a ésta lo contrario.

Ambas, dos bisontes esta vez en embestida mutua, arrancan un galope con tal fuerza que al encontrarse sus cuerpos chocan como trenes y salen despedidos. La física tiene sus leyes y la mayor masa de la española gorda caníbal escupe por la borda a la española morena menos gorda. Todos pueden oír la explosión de esa bola de carne, para otro plato de caníbales en la superficie marina. Salvo la más gorda aturdida con el impacto. Cae redonda al suelo.







© CHRISTOPHE CARO ALCALDE

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